Una joven entró ansiosa y afanada a su casa. Sin
saludar, fijó su mirada en su tío, quien reposaba
tranquilamente en la sala, y le dijo:
– Tío, un amigo muy querido por ti estuvo hablando
mal de ti.
– Espera, niña, espera – respondió el tío – ¿ya
le hiciste pasar la prueba de las tres puertas a lo
que me vas a contar?
– ¿Las tres puertas? – Preguntó sorprendida la chica -.
– Sí, la primera es LA VERDAD: ¿Es absolutamente
cierto lo que oíste? – Inquirió de nuevo el tío-.
– Bueno… me lo contaron los vecinos… supongo
que… – dijo la niña dudando -.
El tío interrumpió:
– Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda
puerta que es LA BONDAD: Es bueno para alguien esto
que vas a contarme, o tal vez, sin darte cuenta, ¿te
estás volviendo mensajera de malas intenciones?
– No… – respondió la joven – no creo que esto que
te voy a decir sea bueno para nadie.
– Muy bien, – dijo el tío – entonces, nos queda
la última puerta: ¿Es ÚTIL lo que me vas a contar?
– Tal vez no… – respondió tranquila la joven -.
– Entonces, si no es verdadero, ni bueno, ni útil,
no lo discutamos – concluyó el tío -.
En resumen: es verdadero, bueno y útil lo que me vas a contar?
Mantente alerta para evitar que a tu
corazón entren calumnias y ten aún más cuidado de
no convertirte en su distribuidor.
Reflexión comentario:
Hay que tener cuidado en lo que nos dicen o cuentan de otras personas. Los rumores son solo eso, información que puede estar tergiversada, o explicada en forma exagerada. Hay que ser cautos, y no dejarnos llevar por las emociones. Analizar antes de tomar una decisión respecto de esa mala información. Lo mejor es conversar con la persona aludida para salir de dudas.
Fuente: El Club Positivo
Reflexión comentario: Miguel Angel Canales Goycochea